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El Aporte de José Miguel Carrera al Federalismo Argentino

José Miguel Carrera

José Miguel Carrera nació en Santiago de Chile en 1785, a los 23 años viajó a España para ingresar al Ejército de la Península a combatir la invasión napoleónica. Destacado como brillante militar, recibió la Cruz de Talavera y fue nombrado Comandante del Regimiento Húsares de Galicia, pero decide volver a su Patria para comenzar la Independencia.

Tomó el poder en 1811 como Presidente de la Junta de Gobierno; creó la primera bandera y escudo nacionales, trajo una imprenta para difundir las ideas libertarias, abrió escuelas públicas para hombres y mujeres, inició relaciones diplomáticas con Estados Unidos y dictó nuestra primera Constitución en 1812.

Ante este grito de Independencia, los españoles enviaron tropas en 1813 para reconquistar el país, pero después de numerosas batallas, los patriotas fueron vencidos en 1814, por lo que se vieron obligados a emigrar hacia Mendoza.

Allí gobernaba José de San Martín, quien, junto al Gobernador de Buenos Aires Pueyrredón y Bernardo O´Higgins, de Chile, eran miembros de la Logia Lautarina.

Carrera, recién casado con Mercedes Fontecilla, de 15 años, fue muy mal recibido y enviado preso a Buenos Aires, junto a sus hermanos Juan José y Luis.

Entonces, José Miguel decidió ir a Estados Unidos para conseguir una flota y liberar a su país por mar. Allí con sólo su genio y su pluma, logró equipar una

expedición de cinco barcos con armamentos, municiones, imprentas y entusiastas oficiales norteamericanos y europeos.

Al tocar puerto en Buenos Aires, el Director Supremo Pueyrredón, perteneciente a la Logia, le incautó sus naves con su contenido y lo apresó.

Carrera logró huir a Montevideo, que en ese entonces estaba gobernado por el imperio portugués, allí montó su “Imprenta Federal” desde donde atacó, desde sus periódicos, violentamente a los gobiernos de Chile y de Buenos Aires, cuando supo del fusilamiento de sus hermanos en Mendoza.

El proceso revolucionario en Argentina, tenía un conjunto de factores que impedía que las provincias del interior del país compartieran los proyectos políticos de Buenos Aires, su capital, pues en la dirigencia porteña predominaba la idea de que las provincias estaban habitadas por “bárbaros” cuyo único valor era la cantidad de hombres que aportaban a los ejércitos patriotas, negándoles toda capacidad intelectual, pero en verdad buscaban concentrar las rentas de aduanas, derechos portuarios e impuestos, y clausuraban las rutas comerciales terrestres y fluviales de las provincias interiores.

Los “unitarios” de la ciudad puerto admiraban a los europeos y aspiraban a traer un monarca como lo expresaron en sus cartas Pueyrredón y San Martín y por esto lucharon contra los provincianos fuertemente arraigados en la tradición criolla.

Los caudillos regionales percibieron con claridad que esto era un problema tanto económico como político, y para lograr su autonomía, era inevitable utilizar la fuerza.

Desde su destierro en Montevideo, José Miguel Carrera vislumbró que el centralismo, cada vez más absorbente de Buenos Aires, dañaba los intereses de las provincias, y comprendió que le convenía tomar partido por la federación y apoyarlas. Así lo hizo desde su Imprenta Federal y su periódico El Hurón, y con ellos inundó la Pampa y las Provincias con la consigna de “Federación o muerte”.

De esta época datan los grandes caudillos federales; Artigas, López, Bustos y Ramírez. Este había nacido en Arroyo de la China, hoy Concepción del

Paraguay, perteneciente a la Provincia de Entre Ríos que, como lo dice su nombre, contiene entre los ríos Paraguay y Uruguay, una de las tierras más fértiles en flora y fauna y destacada por la belleza de sus playas.

Francisco Ramírez combatió contra la dominación española a las órdenes de Artigas, y con su arrojo y astucia se ganó el nombre de “El Supremo Entrerriano”.

El Gobernador portugués Lecor, presionado por el el Gobierno bonaerense, debió hacer que Carrera abandonara Montevideo y éste partió secretamente a encontrarse con Ramírez, el 17 de agosto de 1819 en las Márgenes del Gualeguay, para unirse a la causa federal.

Este Caudillo, que ya preparaba la guerra contra Buenos Aires, se convenció de que Carrera, con su imprenta y su conocimiento de la política, le sería muy útil, pasando a ser, por simpatía y capacidad, el confidente y brazo derecho del Caudillo, quien le encargó la redacción de sus cartas y oficios, según se lee en la correspondencia que intercambiaban entre ambos.

Así, Carrera fue adquiriendo un gran ascendiente en el campo federal, lo que posteriormente le permitió tener un ejército propio.

Mercedes Fontecilla, esposa de Carrera, quien había tenido a su cuarta hijita en Montevideo, remontó en un penoso viaje en barco el Paraná, y se estableció en La Bajada, frente a Santa Fe, bajo la protección de Ramírez. Allí tuvo a su quinto hijo, José Miguel, el único varón.

Carrera, como embajador de Ramírez, logró convencer al Gobernador Bustos, de Córdoba, de mantenerse neutral, con lo que Ramírez, junto al Gobernador López de Santa Fe y asesorado por Carrera, enfrentó a los unitarios de Buenos Aires en la batalla de Cepeda, despejando así su camino hacia la capital. Tomada esta por los federales, disolvieron el Congreso y nombraron Gobernador a Manuel de Sarratea, gran amigo y corresponsal de Carrera.

El día 23 de febrero de 1820 se firma el Tratado de Pilar, entre los unitarios y federales, en el que se establecieron los principios fundamentales de la organización política: la República y la Federación en contraste con la anterior basada en la monarquía y el dominio de los unitarios.

La mayor parte de los documentos emanados por Ramírez en esta época, fueron obra de Carrera, según consta en las colecciones de manuscritos, y éste también tuvo activa participación en desplazar a Artigas y encumbrar a Ramírez, que aparece en el Tratado de Pilar como Gobernador de la Provincia de Entre Ríos.

Con este Tratado, desapareció el sistema unitario y se instauró el sistema republicano-federal, iniciándose una nueva etapa de la vida institucional argentina, que perdura hasta hoy.

Ana María Ried-Carrera
Presidenta Honoraria Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera


Bibliografía

  • San Martín y José Miguel Carrera, Joaquín Pérez (Argentina).
  • Caudillos Federales, Pacho O’Donnell (Argentina).
  • La Imprenta Federal, Guillermo Feliú Cruz (Chile).
  • Ramírez y Artigas, Joaquín Pérez (Argentina).

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