José Miguel Carrera y Verdugo
Nació en Santiago el 15 de octubre de 1785, e hizo sus estudios en el Colegio Carolino. Fueron sus padres el coronel de las Reales Milicias, don Ignacio de la Carrera, y su madre, doña Paula Verdugo Fernández y Valdivieso. Sus hermanos: doña Javiera, don Juan José y don Luis Carrera Verdugo.
Sus padres lo enviaron primero a Lima y luego a España, donde ingresó al Ejército español como oficial en 1808, en los momentos en que se iniciaba la Guerra contra Napoleón. Participó en forma brillante en 18 combates y batallas que le valieron su ascenso a Sargento Mayor (equivalente a grado de Mayor) obteniendo la Medalla de Talavera por su valor y fue nombrado para el mando del Regimiento de Húsares de Galicia.
Al conocer el movimiento que culminó con la reunión de la Primera Junta de Gobierno, el 18 de septiembre de 1810 en la que participó su padre don Ignacio, regresó a Chile renunciando a su carrera militar. Participó en los movimientos políticos del país y tomó el poder el 15 de noviembre de 1811 para liberar a su patria del yugo español.
Fue el primer Presidente de Chile y su gobierno se caracterizó por numerosas obras de adelanto para la nación, como la introducción de la imprenta, la creación del primer periódico La Aurora de Chile, las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, la creación de la primera bandera y escudo nacional, la educación gratuita para hombres y mujeres, el establecimiento de industrias de tejidos y cultivo del tabaco y algodón, la creación del Instituto Nacional, la formación de la Biblioteca Nacional, el hermoseamiento de la Alameda de las Delicias, la creación del Hospital Militar, la fundación de la primera Escuela Militar y la adquisición de elementos para el ejército. Entrega al país su primera Constitución Política, la cual daba a Chile su “Imperium”, o sea; la facultad de nombrar y ser gobernado por las autoridades que libremente eligiera.
Ante la invasión de Pareja en 1813, el Senado lo designó General en Jefe del Ejército, y bajo su mando se realizaron las primeras campañas en que se llevaron a efecto gloriosos combates como los de Yerbas Buenas, San Carlos, la toma de Concepción y Talcahuano, el sitio de Chillán. Las vicisitudes políticas lo alejaron del mando. Y el nuevo General en Jefe Bernardo O´Higgins firmó el Tratado de Lircay con los realistas, con lo cual Chile volvía a ser español. Carrera escapó de su prisión y vuelto a Santiago, encabezó una revolución contra quienes habían firmado dicho tratado, y el 23 de julio de 1814 reasumió el poder supremo.
El Brigadier O’Higgins no reconoció su gobierno y marchó a combatirlo con el ejército de Talca, siendo vencido en Tres Acequias.
Contrajo matrimonio con Mercedes Fontecilla el 20 de agosto de 1814 en la Catedral de Santiago.
Reconciliados Carrera y O´Higgins, afrontaron la guerra contra el Brigadier Osorio, que invadió de nuevo el país. José Miguel Carrera, Comandante en Jefe, nombró a Bernardo O´Higgins comandante de la primera división, a su hermano Juan José al mando de la segunda y a Luis Carrera, en la tercera. La primera y segunda división tuvieron que encerrarse en Rancagua sitiados por los realistas, y la tercera división acudió en su apoyo, pero no pudo romper el cerco español. Derrotados, los patriotas, debieron emigrar a Mendoza.
Desconocida su autoridad por el Gobernador de Mendoza, General José de San Martín, continuó a Buenos Aires, pero la persecución política a que lo sometieron San Martín y la Logia Lautarina, hicieron amargos sus días en la capital de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Convencido de la necesidad de conseguir medios para liberar a Chile, viajó a los Estados Unidos y sólo, con el recurso de su genio y su pluma, logró equipar una expedición marítima de cinco barcos con oficiales, armas, y elementos modernos para introducir en Chile en las áreas de ciencia, educación, tecnología y navegación, con los que llegó a Buenos Aires.
Las maquinaciones políticas del Director Supremo de las Provincias Unidas Pueyrredón, dieron como resultado la incautación de sus naves y elementos, y su prisión en Buenos Aires. Mientras tanto, el ejército de Los Andes había logrado el cruce de la cordillera y liberado a Chile en la Batalla de Chacabuco.
Perseguido nuevamente, logró fugarse a Montevideo, donde estableció su Imprenta, denominada “Imprenta Federal”, a través de la cual atacó violentamente a las autoridades de Buenos Aires y Chile, cargando la tinta de su pluma al saber el asesinato de sus hermanos en Mendoza el 8 de abril de 1818. Unido a los caudillos Francisco Ramírez de Entre Ríos y Estanislao López de Santa Fe, es uno de los vencedores de la batalla de Cepeda. Entró en Buenos Aires y valiéndose de su influencia con los caudillos federales, impuso como gobernador a Manuel de Sarratea.
Participó en el Tratado del Pilar, que da término a la Constitución Unitaria de 1819, y consagró el régimen federal en Argentina. El Tratado concede soldados, armas y equipo con los que organiza su nuevo “Ejército Restaurador”. Su pluma, manejada con inteligencia y audacia promovió el sistema federal, y su lema: “Federación o Muerte”, se convertía en la frase que, más tarde, Rozas iba a levantar durante su gobierno.
Después de dos años de éxitos y fracasos en sus luchas en las Provincias Unidas, se malogró su intento de abrirse paso hacia Chile, y fue derrotado en la Punta de Médano.
Es condenado a muerte “por alucinar con el sistema de la Federación”, y fue fusilado el 4 de septiembre de 1821 en la plaza de Mendoza y a la edad de 35 años, dejando en la orfandad a sus cinco hijos y viuda a su fiel esposa Mercedes.
Por el Historiador Manuel Reyno.
Producción Canal 13 Chile. Serie Héroes.
José Miguel Carrera. El Príncipe De Los Caminos
Intrépido, ambicioso y rebelde, José Miguel Carrera Verdugo (1786-1821) es uno de los personajes más controvertidos de la historia chilena y hasta hoy día sigue despertando intensos sentimientos de adhesión o rechazo.
Comuna de El Monte
En la vida montina del siglo XVII se destaca la actuación de la familia Carrera en la histórica Hacienda San Miguel (Viña Doña Javiera), y es a fines del siglo XVII, cuando la aldea de San Francisco de El Monte recibe el título de "Villa", por Decreto del 12 de septiembre de 1895.