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La Singular Amistad entre Carrera y José Bonaparte

José Bonaparte, Rey de España

El 18 de junio de 1815, Napoleón Bonaparte fue derrotado en la batalla de Waterloo por las fuerzas armadas inglesas, comandadas por Wellington y fuerzas belgas y prusianas. Napoleón se vio obligado a abdicar del trono de Francia donde era Emperador, y fue apresado por los ingleses. Antes de esto, le confidenció a su hermano José “Escaparé y me estableceré en Estados Unidos, reuniré los restos de mi ejército, y mis leales veteranos encontrarán refugio a mi lado”.

Sin embargo, los ingleses lo condujeron a la isla Santa Elena, en mitad del Atlántico, a enorme distancia de Europa y de África.

Sus hermanos huyeron a diversos lugares de Europa, y sólo José logró llegar de incógnito a América del Norte. Con una enorme fortuna, se estableció en Baltimore, y compró grandes extensiones de territorio cerca de la frontera con Canadá, lo que llamaron “Sociedad de la Viña y el Olivo”. Miles de fanáticos bonapartistas llegaban a presentarle sus respetos como en una corte imperial.

Allí los bonapartistas se contactaron con patriotas sudamericanos rebeldes al gobierno español que se encontraban exiliados en ese país.

José, con la anuencia de su hermano Napoleón, comenzó a planear la invasión de varios países de América del Sur para liberarlos de España e instalar a su hermano en ese nuevo reino, pero para esto debía rescatarlo de Santa Elena.

En Estados Unidos había redes de inteligencia de España e Inglaterra que comunicaban estos movimientos a sus respectivos países, y algunos como John Stuart Skinner, jefe de correos de Baltimore, lideraban el apoyo a los independentistas sudamericanos.

El 1 de enero de 1816, el joven José Miguel Carrera desembarcó en Annapolis, costa este de Estados Unidos y cuenta en su diario que en medio de una terrible tormenta “El hielo no permitía la entrada del barco a la bahía, y debimos ir rompiéndolo como una milla, y logramos bajar en el fuerte, pues el muelle estaba congelado, y anduvimos cerca de ocho millas con la nieve hasta la rodilla”.

Carrera llegaba pobre, sin ropas adecuadas y sin saber inglés, pero estaba determinado a formar una flota y liberar a Chile por mar.

Pero él tenía algo invaluable, buenos amigos; el Comodoro David Porter, al saber de su llegada, lo invitó a su casa en Washington, y a los pocos días, lo llevó en su coche para presentarle al Presidente Madison, quien lo recibió cortésmente pero no podía ayudarle pues estaba haciendo tratativas con España para comprar los territorios de La Florida.

Reciben a Carrera los más importantes personajes del gobierno y de las finanzas, y desde ese momento su figura adquiere un relieve más allá de nuestras fronteras.

Su gran amigo el Cónsul Joel Roberts Poinsett lo acompaña a visitar diarios, hospitales, escuelas, etc., y así conseguir planes de organización del ejército, de establecimientos científicos y educacionales, y adelantos que quería implementar en Chile.

En estas circunstancias, el Prócer recibe un inesperado mensaje: José Bonaparte quería conocerlo. En su diario de viaje Carrera cuenta que conversaron más de tres horas y el francés le hace ofertas de apoyo y amistad. En esos momentos José barajaba diversas opciones con distintos actores para llevar adelante el sueño de su hermano Napoleón de reinar en América y de paso, rescatarlo de Santa Elena.

Carrera, quien había luchado en España contra las tropas napoleónicas, siendo rey de España José Bonaparte, ahora comienza una nueva etapa de su vida. Protegido por José, quien en otra ocasión le regaló una “linda perra perdiguera”, según cuenta Carrera en su diario.

Ya incorporado a este círculo, José Miguel es invitado a cenar en la casa de Poinsett junto a los generales Grouchy, Clausel y Lavaysse, los más cercanos a Napoleón, y apoyado por ellos, inicia gestiones con financistas y armadores para comenzar su flota. En agosto de 1816, celebra un contrato con la firma Darcy y Didier, quienes se aseguraban el 100% de los beneficios para ellos, y el pago de los gastos y salarios de este viaje a su llegada a Chile. Su amigo John Skinner, jefe de correos de Baltimore, le adelantó cuatro mil pesos oro para esta expedición.

Contrató cinco barcos y adquirió armamentos, municiones, libros y dos imprentas.

Desde este momento, su suerte cambió, de repente muchos veteranos napoleónicos se quisieron incorporar a esta empresa.

Los oficiales que presentaron sus credenciales fueron:

José Rondizzoni, Víctor Cretin, José Bacler d´Albe, Felipe Margutt, Antonio Simonet, George de Widt, Pedro de la Peña, Roux Beaufort, Juan B. Ogier, Juan C. Durand, Francisco N. Brunier, Carlos J. Vandersee, Carlos Francisco Lozier, Juan J. Dauxion-Lavaisse, Freycinet, Prospere Adams.

También se inscribió el General Michel Brayer, mano derecha de Napoleón, quien había combatido en la sangrienta batalla de Ocaña en España en 1809. Cabe destacar que en dicha ocasión Carrera, resultó gravemente herido.

Además de los franceses, se enrolaron numerosos oficiales norteamericanos e ingleses para participar en la emancipación de Chile por la vía marítima, empresa liderada por José Miguel Carrera. Entre ellos recordaremos al joven capitán Kennedy, quien después quedó ciego a consecuencia de un polvorazo en la pampa y también al oficial William Yates, quien escribió posteriormente sus memorias sobre su estadía en Argentina junto a Carrera.

Sin duda este Prócer poseía un ingénito don de gentes, simpatía y persuasión, lo que le permitía alternar por igual con reyes y soldados, quienes lo siguieron incondicionalmente hasta su triste fin.

Ana María Ried-Carrera
Presidenta Honoraria Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera


Bibliografía

  • Ostracismo de Los Carrera, Benjamín Vicuña Mackenna.
  • Los Soldados de Napoleón en la Independencia de Chile, Fernando Bugueño Hurtado.
  • Carrera. Williams Yates.
  • La Última Campaña del Emperador Napoleón: La Independencia de América, Emilio Ocampo.
  • Archivo del General José Miguel Carrera, Armando Moreno.

1 Comments

  • Abel Manríquez Machuca
    Posted abril 29, 2024 at 12:32 am

    Gracias a este artículo he podido comprender más el cómo logró Don José Miguel Carrera, buques, oficiales y soldados de alto nivel, para una flota que traía para luchar por la Independencia de Chile; un esfuerzo gigantesco.

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